El 15 de septiembre de 2005 los campesinos habitantes del Sur de Bolívar, en el corregimiento de Papayal, municipio de San Martín de Loba a 465 kilómetros de Cartagena, fuimos despertados por el ruido ensordecedor de los aviones que dejaron caer sobre los cultivos de yuca, plátano, fríjoles, mafufo, ahuyama, patillas, melones, maíz, batata y ñame una lluvia de glifosato que es un herbecida no selectivo. El Gobierno ante las denuncias y reclamos de los afectados prometió indemnizarnos, siempre y cuando llenáramos unos requerimientos, cosa que los campesinos hicimos al pie de la letra. Todavía estamos esperando este resarcimiento.
El pasado 7 de marzo a las 9: 30 PM, nuevamente el estruendo de los aviones volvió a resoplar en el cielo del sur de Bolívar y fumigaron los cultivos de pancoger. Consideramos que esta es una violación sistemática a los derechos humanos de los pueblos más humildes de Colombia.
Al Gobierno no le importa como vivimos y sufrimos en esta zona olvidada y marginada por las autoridades locales, departamentales y nacionales. Buscando acabar con los cultivos de coca, que ya no son tantos, se olvidan de la prometida erradicación manual y terminan envenenando cosechas, animales y hasta las personas que inocentemente recibimos estos aguaceros de venenos y tóxicos que dejan secuelas a largo plazo. El Gobierno debe preocuparse por nuestras necesidades básicas insatisfechas en salud, educación, vías y luz eléctrica. Por ejemplo, la población infantil sufre de desnutrición, la mayoría de jóvenes y adultos le faltan dientes y padecen de caries, no hay médico ni odontólogos; en educación faltan profesores en las veredas y los lugares llamados colegios son unos ranchos sin las mínimas condiciones físicas para enseñar, no tenemos pupitres, ni sanitarios. Las vías para llegar de San Martín de Loba a Papayal son caminos de herraduras en donde las motos culebrean con verdaderos malabaristas en su conducción, de El Banco existen unos Johnson que en épocas de verano se encallan y hay que empujarlos, la otra es desde Regidor vía la Gloria, César, ésta es un terraplén angosto que en épocas de invierno se convierte en riachuelo, por estos motivos los productos agrícolas se pierden; la luz eléctrica brilla por su oscuridad. Los computadores y la Internet son elementos desconocidos y fantasmagóricos. Hay un viejo proyecto de carretera desde hace años como compromiso del gobierno departamental y nacional siendo resultado de las movilizaciones campesinas a Cartagena y Bogotá, pero todo ello se ha quedado en promesas politiqueras y engaños demagógicos. Esperamos que la Defensoría del pueblo, la Procuraduría, la Personería y la Fiscalía nos visiten e investiguen estas deficiencias de la inoperancia del Estado, agravadas por el inhumano bombardeo de glifosato.
INOSENCIO NOGUERA BELEÑO, CC. 3966900 de San Martín de Loba.
El pasado 7 de marzo a las 9: 30 PM, nuevamente el estruendo de los aviones volvió a resoplar en el cielo del sur de Bolívar y fumigaron los cultivos de pancoger. Consideramos que esta es una violación sistemática a los derechos humanos de los pueblos más humildes de Colombia.
Al Gobierno no le importa como vivimos y sufrimos en esta zona olvidada y marginada por las autoridades locales, departamentales y nacionales. Buscando acabar con los cultivos de coca, que ya no son tantos, se olvidan de la prometida erradicación manual y terminan envenenando cosechas, animales y hasta las personas que inocentemente recibimos estos aguaceros de venenos y tóxicos que dejan secuelas a largo plazo. El Gobierno debe preocuparse por nuestras necesidades básicas insatisfechas en salud, educación, vías y luz eléctrica. Por ejemplo, la población infantil sufre de desnutrición, la mayoría de jóvenes y adultos le faltan dientes y padecen de caries, no hay médico ni odontólogos; en educación faltan profesores en las veredas y los lugares llamados colegios son unos ranchos sin las mínimas condiciones físicas para enseñar, no tenemos pupitres, ni sanitarios. Las vías para llegar de San Martín de Loba a Papayal son caminos de herraduras en donde las motos culebrean con verdaderos malabaristas en su conducción, de El Banco existen unos Johnson que en épocas de verano se encallan y hay que empujarlos, la otra es desde Regidor vía la Gloria, César, ésta es un terraplén angosto que en épocas de invierno se convierte en riachuelo, por estos motivos los productos agrícolas se pierden; la luz eléctrica brilla por su oscuridad. Los computadores y la Internet son elementos desconocidos y fantasmagóricos. Hay un viejo proyecto de carretera desde hace años como compromiso del gobierno departamental y nacional siendo resultado de las movilizaciones campesinas a Cartagena y Bogotá, pero todo ello se ha quedado en promesas politiqueras y engaños demagógicos. Esperamos que la Defensoría del pueblo, la Procuraduría, la Personería y la Fiscalía nos visiten e investiguen estas deficiencias de la inoperancia del Estado, agravadas por el inhumano bombardeo de glifosato.
INOSENCIO NOGUERA BELEÑO, CC. 3966900 de San Martín de Loba.
EGM: Nota enviada por mi gran amigo MAXIMO ALEMAN PADILLA. Maximo, gracias por tu aporte. Un abrazo ...
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